Por
Martín Mérida
Tras un
golpe con repercusión en el oído, a la memoria llegan palabras como Cinarizina,
Serc, Aytugre, Pentoxifilina.
Tras un
golpe uno no elige todas las palabras. Pero de éstas de farmacia, me gusta
Aytugre porque con sólo mover la u puedo cambiarla por Aytigre. Claro, no
entraré a la Farmacia diciendo: ¿Oiga usted, me podría dar un frasco de
Aytigre?
¿Y si
hubiera medicina Aytigre para aminorar las dolencias?... porque me han pintado
una raya más en esta capa resistente y flexible que es otra nota en el frágil y
fuerte cuerpo mío.
Esto digo
porque gusto hacerme reír para mis adentros –donde hay alguien muy especial que
gusta reír conmigo-- porque si lo hago para afuera, mientras pasan carros de
ojos adormilados y bicicletas sonrientes al sacar humo azul de los manubrios,
de seguro alguno de esos seres uniformados del pensamiento. Uniformados de ir
como siempre a sacudir el mismo polvo de ayer a su trabajo, dirá: « ¡Pobrecito
Martín Mérida!..» «¡Ya perdió la cabeza!». Y, entonces, tal vez llegará a plena
avenida “La calma” un psiquiatra de La Cruz Verde a trazarme en la frente una
de sus etiquetas y cambiará la medicina del otorrinolaringólogo por esas que
ahora contienen espíritu de yerba que antes despreciaban. A mí no me gustan
etiquetas en la frente, ni siquiera las de cuaresma.
Me
encanta hacerme reír y muchas veces hasta carcajearme. Y, al respecto, hoy, 15
de marzo, aunque apenas van a dar las 5 de la mañana, mientras entro a la
farmacia también entró un colibrí. Pero no pensará usted que el colibrí llegó
porque usted llegó, ¿verdad?... Me dice un señor que de tan gordo están
sufriendo sus anteojos. No le contesto a quien aparte de no haberlo visto antes
en mi vida, emite palabras como sacar fierros de una máquina oxidada. Mejor me
dan risa sus anteojos aunque los comprendo.
Regreso a
mi casa con la bolsita de plástico, no degradable, lleno de medicina donde está
pintada la catedral cuyas torres se parecen a las orejas de Batman. Y al entrar
digo:
Del
néctar del instante
zumbó en
marzo
acciones
infinitas
(ajeno a
medicina farmacéutica)
el Doctor
Bird.
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