UNO PUEDE ECONTRARSE DONDE EL CORAZÓN
ELIGE
Cuando tenía nueve años leí una frase en el relato de Richard
Bach, “Juan Salvador Gaviota”: “Donde esté tu corazón ahí estará también tu
cuerpo”. Frase a la que a partir de esa edad le di muchas vueltas y quizás,
debido a ella, poco a poco me fui metiendo al horizonte de la meditación.
Porque, claro, deseaba (y deseo) estar en los lugares que amo y con quienes
amo. Al respecto, debo confesar: de niño imaginaba tener la capacidad de
desintegrarme del lugar donde estaba situado
para reaparecer en otro. Pero, al
terminar este movimiento sufría un poco porque yo quería el material
desaparecer de un lugar para reaparecer también materialmente en otro. No
obstante, ahora sé con mucha claridad que
nuestro cuerpo tiene la capacidad de encontrarse, cuantas veces queramos, en
dónde nuestro corazón ha elegido (más de una vez me he encontrado, junto a
seres maravillosos, en ciudades y paisajes nuestros y de otro tipo.) Y afirmo
lo anterior no sólo porque he leído las interpretaciones que sobre el cuerpo
realiza Henri Bergson para quien un cuerpo está presente donde actúa (y puede
ser en muchas partes a la vez) se encuentre uno donde se encuentre. En efecto,
en este mismo momento sé bien que aunque estoy en mi oficina donde me siento
muy bien, también me encuentro actuando
en una parte muy especial. Tan especial, que me lanza al agradecimiento.
La obra entera de Henri Bergson además de ser considerada de gran
profundidad filosófica es también vista como una de las más grandes obras de
arte en escritura filosófica. En realidad la cuestión del cuerpo es una de las
constantes filosóficas de este pensador. Las obras que he leído de H. Bergson y
que recomiendo:
1.- La realidad y lo posible.
2.- La energía espiritual.
3.- El pensamiento y el movimiento
4.- “La intuición filosófica (ensayo).
Gracias.
Martín Mérida
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