ESTEBAN,
CHAMÁN, TOCA EL HANG
a casi 10 meses de su trascendencia a
la luz
indeclinable, el 20 de julio de 2014).
Poema de Martín Mérida
Desde
música del Hang,
encendida
por tus manos,
Esteban,
chamán,
los planetas
de tu espíritu
elevan
su luz
cual
estrella Sirius
Y vislumbramos
resonante
eternidad.
Llegas,
Esteban, chamán
(el de
ojos de niño)
desde
esa vibración
semejante
a la de cuencos
de
un monasterio
del Tibet.
del Tibet.
Desde
sonidos del Hang
el Ding,
gracias al Gu,
repiten
el conjuro de tu música:
Esteban,
chamán,
conciencia
renacida
entre
delfiniums de julio
en
una tarde con alas amarillas.
Esteban, chamán,
el
que puede convertirse en halcón
y colibrí.
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