En el cruce de trenes
—a través de una tarde mordida por los perros—una máquina regresa vacía
Y la otra llegará llena
a la estación entrampada.
miradas como espejos.
Miradas entre el polvo
aconteciendo.
Camino férreo de traicionar a Hölderlin:
La vida no está dedicada a la muerte
ni al letargo el dios que nos inflama.
ríeles paralelos.
Y el a-Dios desprendiéndose
en la fotografía de 1939.
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*Mérida, Martín. (2009). “El viaje que no elegimos.”
Guadalajara, Jalisco, México: Literalia, editores, p. 25.
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