Guadalajara, Jalisco, México.
15 de marzo de 2013.
Papa Francisco:
Que el Dios de justicia: el de Abraham, de Isaac, Jacob... y
el de Jesús de Nazaret, sea en espíritu y en verdad el que buscas, pues tuviste el atrevimiento de llamarte Francisco
(Francisco de Asís uno de los hombres más revolucionarios del mundo en el
horizonte de la lucha por la dignidad). Y que el proyecto-Francisco, por tu intermediación
que deseo sepa escuchar a los más
necesitados, nos devuelva lo pisoteado
por quienes sólo hacen un estúpido teatro de la aspiración más genuina de los seres humanos. En efecto: que
el Dios de las Bienaventuranzas sea tu
proyecto, Francisco. Sí, el Dios de las Bienaventuranzas y no el Dios (nunca
más, por favor) que termina siendo Dios-dinero-oro.
Creo en la autenticidad de tu humildad. Y para mí sólo serás
un vicario de lo verdaderamente alto, si
con tus actos sigues demostrando lo divino que representa saberse hombre de carne hueso. Si así fuera, Francisco: ¡Gracias por existir!
ATTE.
Martín Mérida
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