Junto a S. Fajardo y mis estudiantes de "Ética
persona y sociedad", luego de la conferencia del
propio S. Fajardo, dirigida a los jóvenes, el 14 de abril
en el TEC de Monterrey, Campus Guadalajara.
En resumen, para no perder el hilo de mis palabras y tomando en cuenta que reina el puritanismo en muchos de los que se dicen cristianos, es necesario subrayar que a Jesús le importaba satisfacer el hambre real de los pobres de este mundo, así como sanar sus heridas. Opción que tomó aún sabiendo que podría ser asesinado, pues con sus actos desafío la torpeza de quienes aplican la ley sin medir consecuencias. Actos que lo convertirían en reo de muerte para el sistema político-religioso de su tiempo. Al respecto, considero buena opción leer los libros (que al principió de este escrito expresé que recomendaría) sobre el Galileo asesinado por su opción hacia los necesitados de justicia integral. El primer libro, titulado La Ética de Cristo (2008) fue escrito por José María Castillo quien de manera sencilla por profunda, critica el modelo antropológico que subyace en las estructuras del mensaje transmitido por los “religiosos” dónde el Dios del deber (contrario al Dios transmitido por Jesús, porque el Dios del Galileo es el de los necesitados) nos cala hasta los huesos y nos lleva a las más estúpidas realizaciones.
“Porque como ya he dicho, el desde dónde se habla es una de las cosas que más influyen en lo que se quiere transmitir” (Castillo, 2008: 43).
El segundo libro Jesús el Galileo. Doce nuevas cartas (2009) lo escribió David Fernández Dávalos, y se trata de un libro donde brota la presencia de Jesús que no se impone; Jesús quien está fuera de los juegos de poder y actitudes megalómanas. Libro donde el autor, con un lenguaje diáfano, nos narra cómo a través de sus vivencias ha experimentado la presencia del resucitado.
“Creo que las nuevas ideas y concepciones sobre Dios y acerca de la fe deberían irnos permeando de la misma manera que el calor y el sol: progresivamente, con dulzura y sosiego. Porque, por supuesto, poner en cuestión lo que hemos creído en la vida, la fe que nos ha sostenido en el trayecto recorrido, nos hace violencia y provoca naturalmente una fuerte sacudida vital, como si del asalto a una fortaleza se tratara. Pero una vez que el corazón se ha abierto, la paz debe llegar y un nuevo edificio ha de comenzar a edificarse. La promesa de Jesús es inequívoca: sólo la verdad nos hace libres” (Fernández, 2009: 101).
El tercer libro, pues se trata de mi poemario: La pasión según un hombre cualquiera (2002). Libro que escribí en una etapa por demás crítica de mi existencia y donde la pasión de cualquier hombre es parecida a la de Jesus de carne y mundo. De este libro les ofrezco aquí un poema:
Pedro
No quiero hablar de Pedro ni de su negación
En verdad deseo referirme al gallo
Duende parlante desde antes del lenguaje
Maestro de música del cromagnon
Cierra sus ojos para cantar poesía
Y sentir su sangre caliente como el sol
Por ello su lira nos hace recordar
Pedro es sólo un hombre que no quiere morir
El gallo es un poema
fiel a su escritor.
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Bibliografía:
Castillo, José María. (2008). “La ética de Cristo.” España. Desclée de Brouwer.
Fernández Dávalos, David. 2009). "Jesús el Galileo: Doce nuevas cartas." México. Lupus Magister.
Mérida, Martín. (2002). “La pasión según un hombre cualquiera”. México. Mantis Editores.
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