martes, 13 de mayo de 2014

LA PIZZA QUE NO SE QUIEBRA


El hecho de que a punto de ser comida la rebanada de pizza no debe romperse al doblarse  (al menos si afirmamos a la pizza como de origen napolitano) es motivo para reflexionar. Veamos: la masa de la pizza debe ser machacada, pisada, presionada, espachurrada, martillada, etcétera,  para que al salir del horno su textura no se resquebraje y conserve tal flexibilidad capaz de ser comida como los mexicanos solemos comer los tacos. De todo ese espachurramiento ejercido sobre la masa, llegamos a una de las acepciones de la palabra pizza  proveniente de “pinsa,  participio pasado del verbo latino pinsere.” Al respecto, si estoy escribiendo sobre este alimento, se debe a que el acontecimiento ejercido sobre la masa de la pizza me parece un símil  con lo sucedido a algunos  seres humanos como maravilla cuando de pronto se han convertido en existencias flexibles, pues tal vez ese logro les ha llegado después del machacamiento ejercido por el sufrimiento (o al menos de la verdadera empatía con éste) convirtiéndolos en seres difíciles de romper por la elasticidad con la que se conducen.

Y hablando de lo difícil de romper debido a su flexibilidad: por fortuna junto a mis amigos con quienes aparezco en esta foto, a punto de disfrutar algunas variedades de pizza, disfruté (en la noche del 9 de mayo de 2014) de una velada  irrompible  donde todo fluyó con la gracia de nuestra afirmación por la vida y porque “en el alma está la esencia...”

Por último, es bueno no olvidar a  la pizza (si retomamos su historia) como  alimento creado por la genialidad de los más pobres de Italia (los pobres son quienes más sufren en este mundo los efectos del capitalismo descorazonado). Es bueno no olvidarlo  para  no  parecernos  a esa gente apretada (fácil de romper, por consecuencia) que come pizza con las maneras  propias de los presos en las trampas del esnobismo.
 

jueves, 17 de abril de 2014

PORQUE HOY CON CUERPO Y ALMA GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ SUBIÓ AL CIELO



Gracias Gabo por habernos mostrado que subsiste lo real maravilloso pese al mundo tenebroso donde todo tiene precio. Porque, Gabo: hoy subiste al cielo de los más grandes (donde nunca se te negó la visa) con cuerpo y alma en un ascenso algo así como pasó con la bella Remedios.
 

domingo, 13 de abril de 2014

ENTRADA CON BURRO*

Tu rostro
Encuentro
        Mirada de olivo
Niño que canta
        Luna lani la lá junto a la tropa con burro hiyyá

Tu rostro
Almohada donde hablan las piedras
Sueño
        Camino que se desteje en caminos
Luna tonta encendida
        Ojo de una aguja
Mujer con flujo de sangre de todos los tiempos
        Joven endemoniado del mundo que cabe en una máquina
Rico que presiente lo efímero
        Prostituta pura como el agua
Buen y mal ladrón hermanos por el dolor que salva

Entre las veredas                tu rostro

Buenos días muerte flor blanquísima
Déjame encontrar la escalera
Trampa donde caes a convertirte en puñado de palabras

        Tu rostro
Despierta
        Tengo la luna por lengua
Sol niño que canta:
        Luna lani la lá con tus ojeras de miel

Mis pasos
        Tu rostro
Rebuzno del burro Hiyyá
Unas monedas caen
en manos de los puntos cardinales

        Tus ojos
Tras la oración impotente
        Brota colores lágrimas

Tu rostro
Labios
Higos
Mujer feto en su propio vientre
        Espera
Tumba que se abre
Y resucita el poema

Tu rostro
De tus cabellos brota el canto
Desenrollada profecía
Jerusalén
Descenso
La cruz                mis sueños

Me detengo
Rebuzno preferible
Escarabajo del dolor del árbol

        Jerusalén
Voz avinagrada
Alambre de púas en manos de leprosos
Murallas de amor
Corona de espinas
Preceptos

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*Mérida, Martín. (2002). “La pasión según un hombre cualquiera.” Guadalajara, Jalisco: Mantis Editores, pp. 41-43.


miércoles, 26 de marzo de 2014

SOY UN NIÑO HORMIGA

Soy un niño hormiga
Perdido en una carta
con letras tan grandes como mis padres
El mensaje pertenece al poeta amante de nuestra especie
Y puedo recorrer toda la hoja
esquivando lagunas que derraman sus ojos

Soy un niño hormiga
rirp rirp rirp... Es el sonido de mis pasos sobre la hoja
rirp rirp rirp... Estoy perdido en una carta
Recuerdo el desfile de mi familia
en la gaveta donde duerme una araña

¡Auxilio! Soy un niño hormiga
perdido en una carta
Las letras encienden habladuría
Las letras se mueven impacientes
y esperan el índice del poeta
donde he de subir para llegar a su oreja
y decirle palabras de ánimo

¡Auxilio! Soy un niño hormiga
rirp rirp rirp... Es el sonido de mis pasos sobre la hoja
rirp rirp rirp... Estoy perdido en una carta
Las letras comienzan a nadar
rip rirp rirp:
                                ¡Snif!


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*Mérida, Martín. (2007).  "El país de la mirada." (2a. ed.). Guadalajara, Jalisco: Literaria editores, p. 27.







sábado, 22 de marzo de 2014

CELEBREMOS EL CENTENARIO DE OCTAVIO PAZ LEYENDO SUS POEMAS

 
Los Mexicanos tenemos un Everest de la literatura (y en específico de la poesía) su nombre es Octavio Paz. Everest que de tan grande a algunos les produce temor y sólo los más arriesgados se ven convocados a encontrarse en sus cumbres?..   
 
Es paradójico: Octavio Paz es más conocido y apreciado en los demás países del mundo que en nuestra propia patria y esa realidad da a qué pensar. Veamos: su praxis intelectual de escritor lo llevó a acciones sublimes y hasta supererogatorias (habría que analizar su renuncia como embajador en la India luego de la matanza de Tlatelolco, sus denuncias al régimen de Stalin en Rusia, luego sus enfrentamientos con los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez). Y en otras ocasiones, es innegable, se equivocó rotundamente, pues fue un hombre y no Dios. No obstante, su vida personal por cuanto a lo que no exteriorizó mientras estuvo vivo, y aún después de muerto, sólo a él le pertenece. Pues como queda declarado en los Derechos Universales del Hombre, en su artículo 12: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra y su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.” Por otra parte, los acostumbrados a meter sus narices en la vida privada de las personas, al juzgar lo que nos les concierne actúan contra la dignidad convirtiéndose en cobardes maniqueístas. Al respecto, no olvidemos: ahí donde nuestros ojos no alcanzan a mirar, puede existir grandeza sólo apedreada por quienes deberían ocuparse de su propia casa antes de romper la puerta de la del prójimo. Menos mal, lo importante para los amantes de las letras son los frutos literarios de un autor (aunque sostengo  como tesis: ningún hombre sin grandeza profunda puede escribir como lo hiciera  Octavio Paz). Por consecuencia: sería un desatino no leer  a nuestro poeta, premio Nobel de Literatura.

HERMANDAD
(Poema de Octavio Paz
en homenaje a Claudio Ptolomeo)

Soy hombre: duro poco
Y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
Las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
También soy escritura.
Y en este mismo instante
Alguien me deletrea.

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Amigos: ¡Gracias por existir
sin cobardes actiudes maniqueístas!




lunes, 17 de marzo de 2014

ALGO SOBRE POMPILIO ENRIQUE MONTESINOS ROBLERO, ADEMÁS DE SUS PALABRAS A PROPÓSITO DE MI LIBRO DE POEMAS “LOS ZAPATOS DEL NIÑO GUERRERO.”

   
Hace algunos meses mientras nos conducíamos al volcán Nevado de Colima, al preguntarle a mi amigo (amante de las montañas) Esteban Robles cómo se encontraba, me respondió con alegría serena: “Estoy viajando en este mundo en un tren de primera clase”. Respuesta que de inmediato enlacé con una afirmación del filósofo jesuita Jorge Manzano (amigo que nos dijo a-Dios al trascender esta vida el 21 de septiembre de 2013): “Dios sólo da regalos de primera clase.” Tanto en la frase de Esteban, como en la de Jorge, al hablar de clases en la manera de vivir no hay ninguna referencia a exclusivismos ni lucha de clases ni a elitismos de ningún tipo, pues los trenes para viajar en esta vida son gratuitos y de libre acceso. Pero optar por una u otra clase de tren obedece a nuestra manera de vivir desde nuestros adentros. En todo caso, las respuestas de Esteban y de Jorge hoy me hacen palpable el modo de vida de un amigo que desde niño aprendió a viajar en tren de primera clase, me refiero a Pompilio Enrique Montesinos Roblero quien, además de actuar de manera universalizable, pues estudió para poner en práctica la licenciatura en Derecho, disfruta dedicarle especial atención a los pacientes desde la farmacia "Nacional" que heredó de su padre: don Pompilio Montesinos (otro de los admirables hombres que Motozintla, Chiapas, ha tenido gracias a la autenticidad de su servicio). En efecto, Pompilio Enrique transparenta cómo la mejor opción es la vivencia de los bienes internos de la profesión que se ha elegido. Entendiendo por viviencia de los bienes internos actuar dentro del proyecto mismo que la da sentido a la profesión y aplicando los principios que desde el Informe de Belmont (publicado en 1979) se vieron como insoslayables no sólo para la Bioética: 1) principio de beneficencia, 2) principio de respeto a la autonomía; 3) principio de aplicación imparcial de la justicia. Gracias a este modo de proceder, Pompilio ha beneficiado a miles de personas tanto de Motozintla de Mendoza, como a los habitantes de los múltiples pueblos de la Sierra Madre de Chiapas. Además, quienes lo conocemos, constatamos a este joven profesionista desenvolviéndose cual verdadero cosmopolita ético al darse a entender con los seres humanos venidos de cualquiera de los puntos cardinales. Y no sólo se comunica con ellos. No. Pompilio Enrique es capaz también de comprender a los otros.

Pero, ¿qué significa viajar en primera clase?.. Sin ánimo de pretender agotar la respuesta, hoy bien puedo decir que es viajero de primera clase quien vive los siguientes horizontes:

1.- Posee capacidad de asombro.

2.- Sabe dar gracias a la vida.

3.- No erige su proyecto de vida fincado en la venganza (en franca consonancia con Frederich Nietszche cuando explica el eterno retorno a la inocencia).

4.- Ha conquistado su servicio disfrutando de los bienes internos de su profesión (o de cualquier otra opción laboral).

5.- Actúa sabiendo que el ser humano está por encima de cualquier institución, sistema político, creencia religiosa; práctica ascética y dogma de cualquier tipo.

6.- Etcétera.

Por consecuencia, mi libro "Los Zapatos del niño guerrero" tuvo un gran presentador, pues fue Pompilio Enrique quien estuvo a cargo de este horizonte en la innolvidable noche del 30 de diciembre de 2011. Dejo aquí sus palabras. 


Palabras escritas por Pompilio Enrique Montesinos Roblero a propósito de la presentación de mi libro “Los zapatos del niño guerrero” en la Casa de la Cultura de Motozintla de Mendoza, Chiapas, el día 30 de diciembre de 2011:  

Patricia Medina dice: “los poemas se comienzan solos. Cuando llego a la cita, ya se dijeron sin mi permiso las primeras palabras”.

Este poemario que hoy nos presenta Martin Mérida surge como esa verdad que nos abre los ojos al mundo que a veces ignoramos. Se lo dedica a ese mundo que a veces, con nuestra mirada ignoramos o con nuestra indiferencia rechazamos, el libro está consagrado al niño que escoge una banca de hierro, como su dormitorio huella y estigma mientras el policía le grita “niño fuera de aquí” porque el policía pertenece al país protector de las cosas; este poemario nos abre los ojos a los lectores mientras se lo brinda al niño de nueve años que “desde hace seis meses atrás, el fuego ha comenzado a tragarlo porque advino en traga-fuegos; se lo escribe al niño que por maltrato busca calor en las alcantarillas o al niño que desde las 5:30 eleva su voz en un camión, cantando como regalo el fruto de lo que su voz desprende para que unas cuantas monedas lleguen a la cita de sus manos, este poemario también lo convida a los niños que como él los llama “con zapatos de andar descalzos que llegando a convertirse en piel encallada, se presentan al final del día llenos de polvo y de cansancio pero también encuentran un lugar para dejarse debajo de la cama”. Por lo tanto, este poemario surge se lanza y se proyecta en búsqueda ilimitada de hacernos despertar profanando nuestros destinos de aprendizaje progresivo en el que todos nos pertenecemos a todos, combatiendo en retirada lo que no pregona con la estética dictada por nuestras conciencias y circunspecciones. Estos “Zapatos del niño guerrero” nos calza a todos con calcetas o calcetines de mayor o menor elástico, es aplicable, adaptable y ajustable a todas las latitudes, le pertenece al norte y al sur, al oriente o al occidente, al cielo matutino o al elegantemente vestido de luna en la oscuridad de la noche.

Martín, que tu voz sea escuchada por los niños a quienes va dedicado! Por los tuyos y los nuestros y que esa voz se haga respetar!

Señoras y Señores, con la venia de todos ustedes voy a permitirme, haciendo síntesis de la palabra, recapitular brevemente la biografía de nuestro autor.

Una de las realidades más difíciles y trascendentales a la que Martín Mérida tuvo que enfrentarse hace algunos años, fue: cambiar decisivamente su lugar de residencia, lo que lógicamente significaba, marcharse de Chiapas. Sin embargo, este éxodo perseguía esa afanosa búsqueda de ese futuro que pretendía beber los aires literarios de otras dimensiones y a su vez, contribuir categóricamente, aportando lo suyo.

A mediados de 1998, Martín llegaba a Guadalajara de la mano de una licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana alumbrada por la UNACH, y otra más, en Filosofía por la UNIVA. Exploraba a su vez la posibilidad de una oportunidad que se le presentara con la naturalidad y desenvoltura de una vivencia espontánea, sin recurrir a las dimensiones de entelequias forzadas o compelidas en el afán de ser ocupadas. ¡No! Martín deseaba conquistar, no invadir ni acometer con prisas ni tropelías, para adquirir su futuro de escritor. En ese entonces, la templanza de su perfil se constituía ya, con decenas de libros y millones de letras enlazadas en la vastedad de su patrimonio filosófico intelectual; hoy, ha expandido esa dimensión académica añadiendo una Maestría en Desarrollo Humano por el ITESO, una Maestría en Educación por la UNIVA, una Maestría en Filosofía y Ciencias Sociales por el ITESO. Paralelamente nuestro autor publica artículos a nivel nacional, en periódicos y revistas especializadas e igualmente, labra con su prosa inacabable, escritos imperecederos en su pagina electrónica que todos podemos visitar a diario en : http://martinmerida.blogspot.mx/

Además de haber escrito "Los zapatos del niño guerrero" (2011). Es autor de los siguientes libros de poesía: “Donde convoca el alma” (1996), “El milagro de tu voz distinta” (1998), “ La pasión según un hombre cualquiera” (2002), “El país de la mirada” (2003 y 2008) y “El viaje que no elegimos” (2009). Y en ese deseo ilimitado de infundir a Motozintla desde su propio ámbito, advino novelista con “El poeta y el niño de la piedra” editado en 2005 y sus obras se han colocado ya, en librerías de New York, Madrid, Paris y Berlín.

Hoy por hoy, Martín ha labrado su porvenir “deseando ser una persona del presente, con su pasado desatándose mientras su futuro va llegando” incumbido por la razón única de la autenticidad incansable de Ser Él mismo, diariamente, sin poses ni cliches, pugnando siempre por la autenticidad, la justicia humana, la búsqueda de la verdad y del respeto hacia cada quién; es profesor de planta en el ITESM campus Guadalajara, Premio Nacional de Poesía UdM en Monterrey, Nuevo León en 1999, Ganador de los XVll Juegos Florales Amado Nervo en 2003, Premio para la publicación de novela en 2005 convocado por el Consejo Estatal para la Cultura y las del Estado de Jalisco, pero su corazón aun reside en esta “tierra de las ardillas grises” y auqnue en la actualidad continua viviendo en Guadalajara, Jalisco, dice su blogspot que “habita una casa desde cuya ventana le saludan arboles que vuelan en un parque que suele desprender un tiempo que no se mide”. Hace unos pocos días, entregó su más reciente obra a la editora de su primacía y su deseos más altos y generosos eran, que si la oportunidad se lo permitía, estaría presentando este trabajo reciente, a finales de diciembre: aquí en Motozintla! Pues bien, Señoras y Señores, hoy nuestro destacado Autor nos viene a presentar “Los zapatos del niño guerrero”. Recordemos solamente que Martín Mérida es hijo de la profesora. Consuelo Mayorga Bartolomé y del profesor Manuel Merida Figueroa, pero ante todo, Martín es hijo de esta “ladera de las ardillas grises” y uno de los hijos predilectos de la literatura y de la poseía universal contemporánea.

Señoras y Señores les pido un aplauso de bienvenida a nuestro poeta: Martín Mérida.
 
En la foto: Pompilio Enrique Montesinos Roblero.

















Centro profesional desde donde labora Pompilio Enrique





 
 

 

miércoles, 5 de marzo de 2014

QUE LA LUZ DEL FILÓSOFO LUIS VILLORO --QUIEN HOY HA TRASCENDIDO ESTE MUNDO-- NOS SIGA FORTALECIENDO

Siendo también profesor de Ética que no quiere perder el piso sociocultural latinoamericano, como punto de partida en el reflexionar, junto a mis estudiantes acostumbro a mirar el carácter disruptivo que debe de tener un pensamiento filosófico crítico y comprometido con los necesitados de justicia, tal como nos lo enseñó el gran filósofo Luis Villoro. Filósofo sobre quien hoy, miércoles 5 de marzo de 2014, lamentamos su partida.
 
Que la luz de este filósofo valiente (como bien lo describe Enrique Dussel, otro de los geniales pensadores latinoamericanos) nos siga fortaleciendo.
Que en paz descanse.
 
Amigos gracias por ser filósofos dignos y de infinita valía.

Martín Mérida