miércoles, 7 de abril de 2010

Dos poemas de "La pasión según un hombre cualquiera."***



PEDRO




No quiero hablar de Pedro ni de su negación

En verdad deseo referirme al gallo

Duende parlante desde antes del lenguaje

Maestro de música del cromagnon

Cierra sus ojos para cantar poesía

Y sentir su sangre caliente como el sol

Por ello su lira nos hace recordar

Pedro es sólo un hombre que no quiere morir

El gallo es un poema

fiel a su escritor




QUÉDATE



Porque llegaste

La tierra abre sus ojos

Y el ahora trae resurrecciones

Por ejemplo: escucho al gallo y la golondrina

Naces en mí al pronunciarme

LLegaste

Y hasta las estrellas no conocidas brillan

Se suspenden guerras noticias desayunos

Olvido ciertas palabras

y el ronronear del gato dice: amorrrrrrr...

Son las seis y tus ojos lo desmienten

Caminamos y no puede suceder

pero sucede

al convertirnos en no pasará

y aunque tu ausencia me toma de la mano

caminamos el hoyayermañana

y tomaremos café para vernos tardetemprano

porque no creemos las palabras de la muerte


***Martín Mérida, La pasión según un hombre cualquiera (2002). Guadalajara, Jalisco: Mantis Editores.

1 comentario:

Leticia Bárcenas González dijo...

Cuando el amor llega con rostro y nombre, todo lo que nos rodea cambia su sentido... la vida es hermosa y más la mirada de quien amamos. Yo me quedaría...