sábado, 22 de julio de 2017

CARTA A MI TÍA EMPERATRIZ MAYORGA BARTOLOMÉ QUIEN HOY ADQUIRIÓ, POR COMPLETO, LA CIUDADANÍA DEL CIELO



Guadalajara, Jalisco.

Julio 22 de 2017.
   
Querida tía Emperatriz:



Apenas ayer por teléfono quedamos de vernos el próximo 2 de agosto, luego convenimos en la necesidad de siempre entregar nuestra existencia a Dios, nuestro señor, para perder toda especie de miedo. Su voz era muy bajita como en mis vacaciones de diciembre en Motozintla, cuando me manifestó su deseo de ya irse junto a abuelita Boni. No obstante, mediante la fibra óptica sus palabras se escuchaban nítidas y no se quejó de ninguno de sus malestares.
Apenas ayer dimos fecha a nuestra cita, pero resulta que hoy a las 11:45 de la mañana, decidió pasarse al paraíso.

 ¡Ah!.. ¡Preciosa de mi alma!.. ¡Tesoro por Dios permitido sobre nuestra Tierra Madre!:

Aunque ha terminado su sufrimiento causado por la enfermedad, y la sé en la habitación premio de los justos: su partida me hace sentir triste desde lo profundo del mar de mi alma.

“Mi vida se la entregué a Dios y a tu abuelita. Por ello no me casé (y ni falta me hacía. En verdad yo quería desde niña irme al convento). ¡Ah!..¡Tenía muy claro cómo mi mamá me necesitaría en su vejez! Y así pasó. Por cuidar a tu abuelita (no me arrepiento) renuncié a entrar a una orden religiosa porque, en verdad, todas mis amigas religiosas miraban muy clara mi vocación… Pero una de ellas me hizo darme cuenta que, por el momento, mi ser religiosa estaba en mi propia casa. Momento muy alargado, ni modo. Por más que ahora quisiera entrar al convento ya no puedo debido a mi edad. Bueno, desde otro punto de vista, siempre he sido una religiosa consagrada. ¿No?... ¡Dios es muy grande, Martín, y no ha de desampararme! (...)
Ahora, como bien sabes, vivo aquí donde nunca me falta el espíritu de tu abuelita, el Corazón de Jesús, La virgencita María de Guadalupe y San antonito. ¿Qué más puedo pedir?..”

Tesoro de mi corazón:

En la esquina ubicada entre la calle 6ª avenida sur y 3ª calle oriente de Motozintla de Mendoza, Chiapas, se encuentra la casa de adobe y techo de lámina. Casa parecida al Cielo donde usted vive junto a mi abuelita Boni, y acabo de cumplir seis años. Esta vez no me conduzco a su vivienda atravesando los patios interconectados de las moradas familiares, querida tía. No. En esta ocasión entro por la puerta contraria a la de la baranda (puerta de dar a la 6ª avenida sur, precisamente). Puerta pintada con un verde más fuerte que el verde de toda la casa. ¿Sabe?.. Me ha llamado mucho la atención cómo su poderosa y bien timbrada voz se escucha desde lejos acompañada por una mandolina. Bueno, usted toca varios instrumentos musicales de forma lírica. ¡Vaya! Usted me deja con la boca abierta cuando la escucho.
Entro:

¡Cuánto me gusta el olor del piso de ladrillo acabado de regar y barrer! ¡Ah!.. ¡Amo el olor del pan recién horneado mezclándose con el propio de turrones, y los dulces de cacahuate!
Me agrada mucho su casa donde se puede también percibir el café recién tostado, tía!
En este momento, en su casa se encuentran escuchándola, junto a abuelita Boni, mis hermanos y primos. Mientras canta, nombra a varios seres de la creación, comenzando por las estrellitas. Canción de la que todos cantamos (junto a la delgada y bien entonada voz de abuelita) el estribillo donde se repite dos veces: “Unos y otros son de Dios, pero los hombres al cielo van.”

"LAS ESTRELLITAS

Las estrellitas que están en el cielo:
Brillan. Brillan.
Brillan-brillan-brillan.
Los pajaritos que van por el aire:
Vuelan. Vuelan.
Vuelan-vuelan-vuelan.
Los pececitos que van por el agua:
Nadan. Nadan.
Nadan –nadan-nadan.

Unos y otros son de Dios.
Unos y otros son de Dios.
Pero los hombres al cielo van.
Pero los hombres al cielo van.

Los caballitos que van por el campo:
…"

Preciosa de mi amor:

¡Cuántos tesoros habitan en su casa donde decidí pasarme a vivir varios años de mi infancia! Tesoros vueltos historias de vida y cuentos narrados por usted y abuelita (con un tono capaz de mantener la emoción de la A a la Z):
 Tesoro horno para hacer el pan. Tesoro vitrinas llenas de globos, caramelos, pan de varios nombres, turrones con figuras de gatos y de perritos. Tesoro de orar junto a usted y abuelita, sin olvidar pedir amparo a nuestro Ángel de la Guarda. Tesoro altar desde donde nos miraban todos los santos del cielo. Y, otras maravillas como rifas de juguetes, hileras de revistas a dar rentadas por un precio mínimo, pero que a mí me daba prestadas (¡Cuánto lo agradezco!) Revistas donde eran imprescindibles: Memín Pingüin, Kalimán, Héroes de la mitología, Tarzán, Lágrimas y risas, Fantomas; etcétera. Eran tantos los títulos de revistas que no podía faltar la propia de Selecciones del Readers Digest. ¡Ah!.. Con cuánta ilusión los niños esperábamos los nuevos capítulos de nuestras revistas de preferencia. Revistas para leer en las gradas de su casa tan parecida al Cielo. ¡Viva Dios!.. Me ha tocado gran suerte: ¡Tengo una tía Emperatriz!

Bella de mi corazón:

Desde su pobreza, conllevada con dignidad, usted me hizo regalos de lo imposible a comprarse con dinero. Regalos invaluables de tan bellos. Fue pobre monetariamente hablando; es cierto. Pero: ¿quién cómo usted de llevar a Dios en el alma?.. Usted la siempre atenta a la voz de nuestro Maestro :“Felices ustedes los pobres porque suyo es el reino de los cielos (..) Bienaventurados los que sufren porque tendrán consuelo” (…)”



Tía, niña de 82 años, que nació en un 6 de mayo (el mismo día y mes del patrón de los niños cantores):


Una vez le leí un texto perteneciente al libro de Anthony de Mello, S. J: “¿Quién puede hacer que amanezca?” Y al terminar la lectura, usted me proporcionó su propia reflexión. ¿Recuerda?:

“MORTALIDAD

A un discípulo que pedía la sabiduría le dijo el Maestro: «Prueba hacer lo siguiente: cierra los ojos y trata de verte a ti mismo y a todo ser viviente arrojados desde lo alto de un precipicio. Cada vez que te agarres a algo para detener tu caída, entiende que ese algo también cae contigo… »

El discípulo hizo la prueba y ya nunca volvió a ser el mismo.”

Al terminar de leerle, luego de unos segundos, usted expresó mostrando también haber realizado la prueba con los ojos de la imaginación:
Uyyyyy –-exclamó--. Luego, repuso: Todo a lo que me pueda sujetar ha de romperse. Pero la caída es una levantada si me abrazo a Dios, nuestro señor.

Amada muchacha Emperatriz (también artesana rezandera de encantadores novenarios y de crear preciosos riscos y juguetes al niño Jesús):

Nunca deje de ser mi tía-amiga aunque desde hoy vive en el Cielo, se lo ruego.

Permanezca en la felicidad de los justos, bien se lo merece.

Su sobrino que le ama y siempre verle desea:

Martín Mérida 


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