miércoles, 25 de mayo de 2016

ENTRE EL RÍO SENA Y LA CANCIÓN DEL ELEFANTE



ENTRE EL RÍO SENA Y LA CANCIÓN DEL ELEFANTE


(Escrito allá por la “Francia donde los gatos se posan en los cántaros,” como solía decir mi abuelita).



                                                       

                                                  Por Martín Mérida


Un día que pasé por el río Sena no me dio tiempo de escribirle un caligrama.
Desde la torre Eiffel un elefante se balanceaba en varias lenguas.

Tenía ganas de lamentarme a lo Apollinaire por los amores idos.
Más, ese día una mariposa me susurró en la oreja:

Je t´aime.

Entonces me percaté de Paul Celan a quien nadie miró lanzarse al agua que corría tensa.
Pero la noche me leyó el Tarot:

¡Deja a Paul Celan ser Paul Celan o el frío desbaratará tus orejas!

Tal vez también deseaba hundirme porque: “¡Cómo la esperanza es violenta!”
Sin embargo preferí comprar un niño Dios divergente, de madera y marroquí.

Era diciembre.

Y cuando con un italiano imberbe tropecé, le dije: 
No es lo mismo balancearse que columpiarse.
¡Hoy en la torre Eiffel están traicionando la canción del elefante!
Y el muchacho, dejando escapar dos gallos, con cara seria musitó:

¿A quién le importa?

¡A mí!... ¡A mí me importa!.. Expresé, brotándome una carcajada que nunca planifiqué.






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