Después del recorrido narrrado en la primera parte de este escrito, al llegar a mi departamento comenzó la fiesta. Pero la fiesta es un rubro que tal vez tocaré en otra ocasión. Por ahora puedo todavía invitarles a partir el pastel a través de fotografías. El pastel fue un regalo y no se trató sólo de un pastel. El primero, estuvo compartido por Gerardo, Marcela... y Luis que tiene 4 años y de tan grande parece de siete. Y el otro, que todavía descansa en el refrigerador, lo trajeron Rafael, Galileo y León (recibí más regalos, pero ahora estoy hablando del pastel porque aunque prometí ya no hablar de las cosas dobles que recibí, todavía sigo haciéndolo.) Mis amigos no necesitan darme regalos (no hay regalo más grande que saber que existen y viven) pero les encanta compartir. En las fotografías también aparece Sara y Julien que es francés y le gusta mucho México. Un poco más tarde llegaron Laura y Mario. Tengo más amistades que no pudieron llegar de manera física, pero lo hicieron a través de llamadas telefónicas y hasta hubieron algunos expertos en mandar buena energía desde lejos y me hicieron llegar tanta que hoy podría correr un maratón completo.
¿Y en la foto, verdad que quien más parece cumplir años es Luis de cuatro años?...
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